En 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió que el Día Internacional de los Pueblos Indígenas debía celebrarse el 9 de agosto, para conmemorar el día de la primera sesión, en 1982, del Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas de la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos. El 9 de agosto de cada año se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, con eventos especiales en todo el mundo y en particular, en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
Derecho de los pueblos indígenas a la educación
Este año, el Día Internacional de los Pueblos Indígenas está dedicado al derecho a la educación.
El derecho de los pueblos indígenas a la educación está protegido por la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que en su artículo 14 dispone que «Los pueblos indígenas tienen derecho a establecer y controlar sus sistemas e instituciones docentes que impartan educación en sus propios idiomas, en consonancia con sus métodos culturales de enseñanza y aprendizaje».
El derecho de los pueblos indígenas a la educación también está protegido por otros instrumentos internacionales de derechos humanos, como la Declaración Universal de Derechos Humanos.
El Objetivo 4 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible insta a asegurar el acceso igualitario a todos los niveles de la enseñanza y la formación profesional para las personas vulnerables, incluidas las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y los niños en situaciones de vulnerabilidad.
A pesar de lo dispuesto en estos instrumentos, la mayoría de los pueblos indígenas no pueden ejercer plenamente el derecho a la educación, y existen graves disparidades en materia de educación entre los pueblos indígenas y la población en general.
Muchas regiones del mundo carecen de datos desglosados que podrían revelar la situación exacta de discriminación y marginación de los pueblos indígenas. Sin embargo, cuando sí hay datos, estos reflejan la existencia de graves y persistentes disparidades entre las poblaciones indígena y no indígena en términos de acceso a la educación, permanencia y logros académicos, en todas las regiones del mundo.
El sector de la educación es un ámbito especial que no solo refleja y condensa los abusos, la discriminación y la marginación que tradicionalmente han sufrido los pueblos indígenas, sino también su constante lucha por la igualdad y el respeto de sus derechos como pueblos y como personas.
Se calcula que en el mundo hay 370 millones de indígenas, que viven en 90 países. Aunque representan menos del 5% de la población mundial, los pueblos indígenas constituyen el 15% de los más pobres. Hablan una abrumadora mayoría de los 7.000 idiomas que, según las estimaciones, se utilizan en el mundo, y representan 5.000 culturas diferentes.
Como pueblos con identidad propia, los pueblos indígenas han desarrollado sus propios sistemas de conocimiento, valores, instituciones, prácticas y economías, a menudo sobre la base de la gestión sostenible de los recursos naturales. Asimismo, los pueblos indígenas tienen sus propios métodos culturales de transmisión de conocimientos.
Cuando los Estados y los cultos religiosos establecieron la educación académica para los pueblos indígenas, con frecuencia ignoraron o rechazaron las culturas, los idiomas y las prácticas indígenas.
El sector de la educación es un ámbito especial que no solo refleja y condensa los abusos, la discriminación y la marginación que tradicionalmente han sufrido los pueblos indígenas, sino también su constante lucha por la igualdad y el respeto de sus derechos como pueblos y como personas.
Entre los obstáculos que encuentran los estudiantes indígenas en el ámbito de la educación cabe señalar la estigmatización de la identidad indígena y la baja autoestima de los alumnos indígenas; las actitudes discriminatorias y racistas en el entorno escolar, así como en los libros de texto y el material docente y entre los alumnos y maestros no indígenas; las barreras lingüísticas entre los alumnos indígenas y los maestros; la insuficiencia de recursos y la baja prioridad que se da a la educación de los pueblos indígenas, que se manifiesta en la escasa formación de los docentes, así como en la falta de libros de texto y recursos.
Muchas regiones del mundo carecen de datos desglosados que podrían revelar la situación exacta de discriminación y marginación de los pueblos indígenas. Sin embargo, cuando sí hay datos, estos reflejan la existencia de graves y persistentes disparidades entre las poblaciones indígena y no indígena en términos de acceso a la educación, permanencia y logros académicos, en todas las regiones del mundo.
Datos y cifras
En Nunavut, el territorio más septentrional del Canadá, el porcentaje de graduación de los inuit en la escuela secundaria está muy por debajo de la media, y solo el 40% de todos los niños indígenas en edad escolar asisten a la escuela a tiempo completo.
En Australia, la participación de los adolescentes indígenas de 15 a 19 años en la enseñanza superior ascendía al 60% en 2013, muy por debajo del 80% de participación de todos los australianos en el mismo grupo de edad.
En la región de América Latina y el Caribe, por término medio, el 85% de los niños indígenas asisten a la escuela secundaria, pero solo el 40% completa ese nivel educativo.
Recomendaciones
Es preciso realizar esfuerzos para garantizar el acceso de los pueblos indígenas a una educación cultural y lingüísticamente adecuada, que no tenga por objeto o resultado una asimilación no deseada.
Se recomienda que los niños, jóvenes y adultos indígenas reciban formación en su lengua materna. Cuando la lengua indígena no sea la materna (es decir, cuando la lengua no se transmita), en el sistema educativo deberían incluirse programas de revitalización lingüística.
El nivel educativo de las mujeres y las niñas indígenas suele ser inferior al de otros segmentos de la población. Debe darse especial prioridad a velar por que las mujeres y las niñas indígenas tengan acceso a la educación y se beneficien de ella.
Los programas educativos de segunda oportunidad, formación profesional y alfabetización de adultos son un elemento importante de la educación inclusiva, y benefician de forma diversa y duradera a los pueblos indígenas.
Los cerca de 370 millones de personas que viven en el mundo y pertenecen a pueblos indígenas ocupan un lugar central en la Agenda 2030, en la que los Estados prometieron que nadie se quedaría atrás. Los pueblos indígenas constituyen el 5% de la población mundial, pero representan el 15% de las personas más pobres del planeta y van a la zaga en prácticamente todos los indicadores sociales y económicos.
Los pueblos indígenas participaron desde el principio en el proceso mundial de consultas sobre la Agenda 2030 y, gracias a su labor de movilización, el marco resultante hace referencia explícita a las cuestiones que les preocupan en materia de desarrollo y se fundamenta en los principios de la universalidad, los derechos humanos, la igualdad y la sostenibilidad ambiental, que son, todo ellos, prioridades básicas para los pueblos indígenas.
Riesgos para los pueblos indígenas
A pesar de estos avances, los Objetivos de Desarrollo Sostenible también entrañan riesgos para los pueblos indígenas. Estos últimos han expresado su decepción por que, en general, en la Agenda 2030 no se haga referencia a los siguientes aspectos:
• Los derechos colectivos sobre la tierra, así como en materia de salud, educación, cultura y formas de vida;
• El concepto de la libre determinación que se consagra en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas;
• Un planteamiento holístico del desarrollo que no esté demasiado centrado en el crecimiento del PIB, la industrialización y el aumento de la producción;
• El principio del consentimiento libre, previo e informado, que es un elemento básico para la libre determinación;
• La sensibilidad cultural en varios objetivos, como como los de la salud y la educación, por ejemplo, promoviendo la educación en la lengua materna indígena.
Mensaje de Ban Ki-moon en Día de los Pueblos Indígenas
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada el año pasado por los dirigentes mundiales, se sustenta en el principio de no dejar a nadie atrás en el camino hacia un mundo de paz, dignidad, oportunidades y prosperidad. Entre los más vulnerables a quedarse atrás están los pueblos indígenas.
Estos pueblos, que se enfrentan a muy diversos problemas, como la discriminación sistemática, la negación de sus derechos a la tierra y a los territorios y un acceso insuficiente a servicios esenciales, sufren sistemáticamente la estigmatización de su identidad cultural y la falta de respeto y de reconocimiento a su patrimonio y sus valores, en particular en los libros de texto y otros materiales educativos. Su marginación a menudo se ve agravada por las barreras lingüísticas, ya que la enseñanza se imparte principalmente en el idioma nacional, y la instrucción en los idiomas indígenas y su reconocimiento son escasos o nulos.
Esto tiene consecuencias graves. Los jóvenes indígenas de todo el mundo terminan la enseñanza secundaria a un ritmo mucho más lento que el promedio nacional. En algunos países, menos del 40% de los niños indígenas asisten a la escuela a tiempo completo, y en muchos otros, pocos de ellos terminan la enseñanza secundaria. Esto es inaceptable. No alcanzaremos los Objetivos de Desarrollo Sostenible si no abordamos las necesidades educativas de los pueblos indígenas.
En las últimas décadas, el mundo ha avanzado considerablemente en la promoción de los derechos de los pueblos indígenas. Las Naciones Unidas cuentan ahora con tres mecanismos específicos para promover su causa: el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, el Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas y el Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, además de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada por la Asamblea General el 13 de septiembre de 2007, que es el punto de referencia definitivo para el reconocimiento, la promoción y la protección de los derechos de los pueblos indígenas.
En septiembre de 2014, la primera Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas aprobó un documento final orientado a la acción para cumplir los objetivos de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Como consecuencia directa de ello, ahora contamos con un Plan de Acción para Todo el Sistema de las Naciones Unidas orientado a promover la sensibilización y las actividades para apoyar la aplicación de la Declaración de las Naciones Unidas, en particular en el plano nacional.En este Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo, hago un llamamiento a todos los Gobiernos a que aprovechen la orientación que brinda este marco internacional para mejorar el acceso a la educación para los pueblos indígenas y a que reflejen las experiencias y la cultura de esos pueblos en los lugares de aprendizaje. Comprometámonos a garantizar que los pueblos indígenas no se queden atrás en nuestros esfuerzos por cumplir la visión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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