El fenómeno El Niño está causando estragos en la agricultura del llamado Corredor Seco de América Central, que afronta una de las peores sequías de la historia con más de 3 millones y medio de personas que corren el riesgo de pasar hambre.
El Niño es un fenómeno natural caracterizado por el calentamiento anormal de la temperatura superficial del mar en el océano Pacífico ecuatorial central y oriental. En promedio, se produce de cada dos a siete años y puede durar hasta 18 meses. Durante los episodios de El Niño, los patrones normales de precipitaciones y de circulación atmosférica tropical se ven perturbados, desencadenando eventos climáticos extremos en todo el planeta.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertó este martes que en los países más afectados, El Salvador, Guatemala y Honduras, hay casi 3 millones de personas que dependen de la ayuda alimentaria.
Teniendo en cuenta esta emergencia, la FAO, junto con el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) han organizado una reunión de alto nivel, a celebrarse en Roma este 30 de junio, con el objetivo de hacer frente a los efectos de El Niño en la región.
Uno de los temas centrales será la creación de resiliencia para garantizar la seguridad alimentaria y la buena nutrición de la población que corre mayor riesgo.
El Niño se produce de forma cíclica, pero debido a los efectos del cambio climático, los casos extremos asociados a ese evento meteorológico, como sequías e inundaciones, han aumentado en frecuencia e intensidad, explicó la agencia.
La FAO explicó que la situación amenaza el sustento de millones de pequeños campesinos en el Corredor Seco, muchos de los cuales dependen de la agricultura para su subsistencia.
La FAO y El Niño
La agricultura es uno de los principales sectores de la economía que podrían verse gravemente afectados por el fenómeno de El Niño. Mientras que la sequía es la principal amenaza para la producción de alimentos, El Niño puede provocar también lluvias torrenciales, inundaciones o un tiempo demasiado caluroso o frío. Esto puede conducir a brotes de enfermedades animales, incluidas las zoonosis y las enfermedades transmitidas por los alimentos, así como a plagas de las plantas e incendios forestales. En anteriores eventos de El Niño, las personas cuyo sustento depende de la pesca se vieron gravemente afectadas en algunas áreas. Con los climatólogos avisando que el evento de El Niño en 2015-16 podría convertirse en uno de los más pronunciados de los últimos 50 años, la FAO se está adelantando con planes específicos para intervenciones tempranas bajo su Sistema de Alerta y Acción Temprana.
Acción temprana y preparación
El Sistema de Alerta Temprana y Acción Temprana es una nueva iniciativa de la FAO desarrollada bajo la idea de que actuando antes de que una crisis pase a ser emergencia, las pérdidas y los costes de la respuesta de emergencia se pueden reducir enormemente. La acción temprana también fortalece la capacidad de supervivencia de las poblaciones en peligro: una prioridad clave en el Objetivo estratégico 5 de la FAO "incrementar la resiliencia de los medios de vida ante las amenazas y las crisis".
Catorce países de África, el Pacífico Sur, Asia y América Central figuran como objetivo de forma específica debido a su mayor riesgo de fenómenos meteorológicos extremos y el consiguiente efecto negativo en las personas vulnerables. Otros 19 países están clasificados como en riesgo moderado.
Respuesta
La FAO está monitoreando el evento actual de El Niño y diseñando e implementando acciones tempranas para reducir los efectos sobre las poblaciones vulnerables en todos los países de alto riesgo y en algunos de los países con riesgo moderado.
En Somalia, se están reforzando y colocando sacos de arena en los márgenes de los ríos y se están distribuyendo plásticos para proteger las reservas de semillas.
La FAO está ampliando sus operaciones en respuesta a la creciente inseguridad alimentaria como consecuencia de las malas cosechas en gran parte del África austral. En Malawi, la Organización ayuda a los Gobiernos en la preparación de un plan de respuesta a la inseguridad alimentaria.
En Zimbabwe, la FAO apoya a 40 000 familias de pequeños agricultores a acceder a la producción ganadera comercial, y la respuesta a la epidemia de la fiebre aftosa, donde aún se requieren 5,4 millones de dosis de vacunas. La FAO también ha preparado un programa de mitigación de la sequía.
La FAO está apoyando a los países del Corredor seco en Centroamérica para aumentar la resiliencia de los hogares, comunidades e instituciones para prevenir y hacer frente a los riesgos de desastres que afectan a la agricultura y la seguridad alimentaria y nutricional de manera oportuna y eficiente. Lea más sobre el Programa de Riesgo de Desastres.
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