Kenya se compromete a la tolerancia cero en la caza furtiva



Más de cien toneladas de cuernos de marfil y rinocerontes fueron quemadas el pasado fin de semana en el Parque Nacional de Nairobi, en Kenya. El presidente del país, Uhuru Kenyatta, encendió la primera de 12 hogueras ante la presencia de altos dignatarios de países del continente africano que asistieron al foro “Espacio para Gigantes”. Con ese acto, las autoridades kenianas reiteraron su compromiso con la tolerancia cero a la caza furtiva.

La ONU ha solicitado a los países implicados a que pongan en marcha medidas urgentes para detener los crímenes contra la fauna, incluyendo la caza furtiva y el tráfico de trofeos de animales salvajes. Esos actos son aborrecibles y el comercio mundial multimillonario asociado a estos constituye un problema de seguridad, ambiental y de desarrollo. Este comercio empuja a especies vulnerables hacia su extinción y alimenta la corrupción y el conflicto.

Para asistir a los países africanos en la protección de su fauna, el Programas de las Naciones Unidas para el Desarrollo , conjuntamente con el Banco Mundial, ha asignado 60 millones de dólares para los esfuerzos de conservación.Esta financiación ayudará a la creación de incentivos para garantizar una mejor gestión de las áreas silvestres protegidas y ofrecerá medios a las fuerzas del orden para combatir la caza furtiva.

La ONU estima en 650.000 la población de paquidermos en África y calcula que cada año entre 20.000 y 25.000 elefantes mueren en ese continente. Entre 2010 y 2012 solamente, 100.000 elefantes fueron aniquilados para obtener su marfil.

En la Segunda Asamblea Mundial sobre el Medio Ambiente, a celebrarse en Nairobi a finales de mes, se establecerá el escenario para la adopción de medidas con el objetivo de reducir el comercio ilegal de marfil.

Se calcula que el tráfico ilegal de vida silvestre genera ganancias de hasta 100 mil millones de dólares anuales. La ola de crimen organizado de comercio de especies silvestres, protagonizada por grupos armados de cazadores furtivos que actúan a través de las fronteras, pone en peligro los éxitos de conservación que se han logrado en el pasado y amenaza ecosistemas enteros en muchos países. 

Este negocio ilícito no solo degrada los ecosistemas, sino que también socava las economías de diversos países y regiones, y afecta la seguridad de las comunidades locales.

20.000 elefantes africanos trofeos de cazadores furtivos

Según un informe de la Secretaría de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), más de 20.000 elefantes africanos fueron objeto de caza furtiva en todo el continente en 2013. Si bien la tendencia de marcado aumento en la matanza ilegal de elefantes observada desde mediados de la década de 2000, que había llegado a su nivel máximo en 2011, está nivelándose, los niveles de caza furtiva siguen siendo alarmantemente altos y continúan excediendo en gran medida las tasas de crecimiento natural de las poblaciones de elefantes y ocasionando una mayor disminución de estas en toda África.

El informe también muestra un claro aumento en el número de grandes decomisos de marfil (envíos de más de 500 kg) realizados en 2013, antes de que el marfil saliera del continente africano. Por primera vez, el número de decomisos realizados en África superó el número de decomisos en Asia. Solo tres países africanos (Kenya, Tanzanía y Uganda) representaron 80% de tales decomisos. Los decomisos de marfil a gran escala son una indicación de la delincuencia organizada transnacional que participa en el comercio ilícito de marfil.

África Meridional sigue teniendo la mayor proporción de elefantes africanos, ya que aloja a casi el 55% de los elefantes conocidos en el continente, mientras que África Oriental aloja el 28% y África Central el 16%. En África Occidental, se registra menos del 2% de los elefantes conocidos del continente en más de 13 países.

La pobreza (medida según tasas de mortalidad infantil) y la gobernanza débil (medida según la capacidad de aplicación de la ley y los niveles de corrupción), junto con la demanda de marfil ilegal en las naciones consumidoras, son los tres factores clave vinculados a los niveles más altos de caza furtiva.

Las cifras generales de caza furtiva fueron más bajas en 2013 que en 2012 y 2011, pero continúan siendo superiores a 20.000. El informe advierte que los niveles de caza furtiva conducirán a que continúe disminuyendo la población de elefantes africanos.

El informe identifica los sitios supervisados donde la caza furtiva está aumentando (33% de los sitios supervisados), entre los que incluyen Dzanga Sangha (República Centroafricana), así como aquellos sitios en los que se ha observado una disminución en la caza furtiva (43%), tales como el Parque Nacional Zakouma (Chad). Algunas poblaciones de elefantes continúan enfrentando la amenaza inmediata de extinción local.

Los datos de supervisión en el terreno son exclusivos, y se trata del estudio mundial más abarcador de cualquiera de las 35.000 especies incluidas en los Apéndices de la CITES. Dichos datos son reunidos por las patrullas de aplicación de la ley y por otros medios, a fin de tratar de establecer la causa de la muerte y otros detalles cada vez que se encuentran despojos. La CITES luego coteja y analiza estos datos utilizando fondos proporcionados por la Unión Europea.



+ info: ONU /MIKE/ CITES

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