La ONU advierte que el mundo debe acelerar acciones para recortar un 25% adicional las emisiones previstas para 2030


El mundo sigue abocado a un aumento de las temperaturas de entre 2,9° y 3,4 °C durante este siglo, pese a los compromisos de París.

En 2030 las emisiones superarán entre 12 y 14 gigatoneladas los niveles necesarios para limitar el calentamiento del planeta a 2 °C. 

Las posibilidades incluyen incrementar las acciones previas a 2020 basadas en los compromisos de Cancún, una eficiencia energética rentable y medidas de incentivación por parte de las ciudades, las empresas y la sociedad civil.

El mundo debe incrementar de manera drástica y urgente sus objetivos para reducir aproximadamente otra cuarta parte las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero previstas para 2030 y tener alguna posibilidad de minimizar el peligroso cambo climático, señaló hoy ONU Ambiente dar a conocer su informe anual sobre la disparidad en las emisiones. 

Publicado el día antes de la entrada en vigor del Acuerdo de París, el informe revela que se prevé que las emisiones alcancen en 2030 entre 54 y 56 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente, muy por encima del nivel de 42 necesario para poder limitar el calentamiento global a 2 °C en este siglo. 

Una gigatonelada equivale aproximadamente a las emisiones generadas por todo el transporte de la Unión Europea (incluido el aéreo) durante un año. 

Los científicos coinciden en que limitar el calentamiento global a menos de 2 °C en este siglo (en comparación con los niveles preindustriales) reducirá la probabilidad de que se registren tormentas más intensas, sequías más prolongadas, el aumento del nivel del mar y otros efectos climáticos. Incluso si se alcanzara el objetivo inferior de 1,5 °C, dichos efectos disminuirían, pero no llegarían a eliminarse. 

Las emisiones previstas para 2030, aun en el caso de que se implementen plenamente los compromisos de París, abocarán al mundo a un aumento de las temperaturas de entre 2,9 y 3,4 grados durante este siglo. Esperar unos años más antes de incrementar el nivel de ambición probablemente equivaldrá a perder la oportunidad de cumplir la meta de 1,5 °C, a acrecentar el dominio de la tecnología con elevadas emisiones de carbono y a aumentar el coste de una posterior transición mundial a emisiones más bajas.

La necesidad de adoptar medidas urgentes se ha visto reforzada por el hecho de que 2015 fue el año más caluroso desde que empezaron a recopilarse datos climáticos. La tendencia continúa, y los seis primeros meses de 2016 han sido los más calurosos jamás registrados. Sin embargo —declara el informe— las emisiones siguen aumentando.

Asimismo, aunque en conjunto los miembros del G20 se encuentran en vías de cumplir los compromisos climáticos asumidos en Cancún para 2020, dichos compromisos no son suficientes de cara a crear un punto de partida suficientemente ambicioso que permita alcanzar el objetivo relativo a la temperatura previsto en el Acuerdo de París.

No obstante, el Informe sobre la disparidad en las emisiones presenta una evaluación de las tecnologías y oportunidades dirigida a identificar las nuevas reducciones requeridas, en especial a través de los actores no gubernamentales, la aceleración de la eficiencia energética y la interacción con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Los actores no gubernamentales (el sector privado, las ciudades, las regiones y otros agentes subnacionales como los grupos ciudadanos) pueden reducir la disparidad en varias gigatoneladas de aquí a 2030 en ámbitos como la agricultura y el transporte, a condición de que las numerosas iniciativas cumplan sus objetivos y no sustituyan otras acciones.

La eficiencia energética es otra esfera donde la inversión podría aportar mayores beneficios. Las inversiones en eficiencia energética aumentaron en un 6%, alcanzando los 221.000 millones de dólares de los Estados Unidos en 2015, lo que indica que ya se están tomando medidas.

Los estudios muestran que, para una inversión de entre 20 y 100 dólares de los Estados Unidos por tonelada de dióxido de carbono, los potenciales de reducción de las emisiones asociados a la eficiencia energética (en gigatoneladas) de aquí a 2030 son de 5,9 para el sector de la construcción, 4,1 para el sector industrial y 2,1 para el sector del transporte. 

Un informe reciente publicado por la Coalición de 1 Gigatonelada muestra que los proyectos sobre energía renovable y eficiencia energética implementados en los países en desarrollo entre 2005 y 2015 reducirán en casi media gigatonelada las emisiones de aquí a 2020, incluidas las medidas emprendidas por los países que no se han adherido formalmente a los compromisos de Cancún. 

Por último, la acción climática está interrelacionada con los ODS. Los primeros efectos del cambio climático pueden socavar nuestra capacidad de cumplir los objetivos para 2030, y el incumplimiento de los objetivos de la acción climática tendrá consecuencias aún mayores con vistas a mantener el progreso del desarrollo más allá de 2030. 

Implementar con éxito el Acuerdo de París y la agenda de los ODS dependerá de la capacidad de los gobiernos nacionales para desarrollar metas nacionales que favorezcan las oportunidades comunes al tiempo que se aprovechan de ellas.


Las ciudades son fundamentales para alcanzar las metas del Acuerdo de París

La Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (COP 22) afirmó que las ciudades tienen una labor fundamental en la consecución de los objetivos del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.

La COP 22, en su reunión en Marrakech, celebró el Día Mundial de la Acción Climática con discusiones sobre las ciudades y los asentamientos humanos. El debate de la COP 22 se centró en la posibilidad de actuar a nivel local, particularmente en términos de resiliencia y eficiencia energética de los edificios. La oportunidad fue propicia para la presentación de una nueva herramienta para ayudar a las ciudades a evaluar las medidas de resiliencia que adoptan.

Las metrópolis están en el centro del Acuerdo de París y ocupan un lugar preponderante en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, adoptados en septiembre de 2015, y en la nueva Agenda Urbana que se adoptó en Quito en octubre pasado.

Las zonas urbanas representan alrededor del 70% de las emisiones mundiales de energía. Muchas medidas para adaptarlas al cambio climático también tendrán efectos positivos en la mitigación, incluida la renovación de edificios antiguos y la construcción de nuevos edificios de baja energía, el desarrollo de redes de transporte eficientes en las ciudades también es importante. 

+ info: PNUMA / ONU

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