Todos nos preguntamos qué pasará después del Brexit, ¿el fin del sueño europeo? ¿el apocalipsis económico? ¿la tormenta perfecta separatista? Quien sabe si nos irá mejor o peor a británicos, europeos y españolitos de a pie, el tiempo lo dirá; a buen seguro con tanta especulación algunos, los de siempre, saldrán ganando. También la salida de Gran Bretaña de la UE tendrá efectos en las políticas energéticas y climáticas a ambos lados del canal.
En el ya real post-Brexit, Reino Unido todavía tendrá lazos energéticos con la UE, pero habrá grandes cambios. La salida de Gran Bretaña de la UE obligará a una profunda reestructuración de las políticas energéticas y climáticas de la UE, y se borrará de la escena a un aliado crucial para los países centroeuropeos; pero también dará a Londres mucha más libertad para dedicarse a sus proyectos nucleares. Aquí estamos en pie de guerra contra las centrales, mientras que al otro lado de los Pirineos y del Canal tienen unas cuantas, y si hubiera o hubiese desastre, Gea no lo quiera, algo de radioactividad pillaríamos también...
Reino Unido ha sido un verso libre en muchas de sus polítcas y way of life, conducen por la izquierda, la libra, el sistema métrico, el té de las 5 y el patadón en el fútbol... no iba a ser menos en cuanto a la política energética de la UE, apostando por la energía nuclear y las fuentes de gas de esquisto (el no muy popular fracking), rechazados por otros socios europeos, incluido el Reino de España. Sus alianzas han ido cambiando con el tiempo, siempre con el objetivo de que la interferencia de Bruselas fuese mínima y con la adopción de un planteamiento económicamente ambicioso para hacer frente al cambio climático. Gran Bretaña tenía previsto invertir en los próximos años más de un billón de euros en energías renovables (730 millones de libras para el año 2021 en nuevos parques eólicos offshore, en alta mar, y otras tecnologías de energía renovables, 50 millones de libras para la investigación de dispositivos de almacenamiento de energía, y otros 30 millones de libras para construir los primeros reactores nucleares de pequeña escala del mundo). Después de la histórica votación todo está en el aire.
Hay muchas cosas que perder a ambos lados de la canal después de la votación del jueves. En el post-Brexit Reino Unido se seguirá ligado al resto de Europa a través de las actuales conducciones de gas y electricidad, y el mercado de comercio de emisiones es poco probable que cambie a corto plazo; pero obviamente tendrá menos influencia en las decisiones del bloque europeo. La UE, en cambio, perderá una voz fuerte a favor del libre mercado, lo que ha contribuido históricamente a bajar el tono de algunos políticas más intervencionistas procedentes de algunos países continentales. Al salir de la UE , el Reino Unido podría quedar relegado a ser una especie de grupo de presión en Bruselas, algo así como pasa ahora con Noruega.
Aquí están las cinco maneras en que el Brexit puede tener un impacto en la energía y el clima:
1. Reorganización de políticas climáticas
El Reino Unido se ha sido tradicionalmente un líder en políticas climáticas. En 2008 fue el primer país en establecer un compromiso a largo plazo de disminución de las emisiones de de gases de efecto invernadero en un 80 por ciento para 2050 y creó un mercado voluntario de emisiones de carbono antes de que la UE pusiera en marcha su propio sistema en el bloque. Después del Brexit no hay ninguna promesa de que continúen con estas políticas.
El nuevo gobierno podría, por ejemplo, reestructurar los objetivos de energías renovables del país y abolir el impuesto sobre las plantas de energía altamente contaminantes.
Un liderazgo post-Cameron también podría cambiar el enfoque del país para el acuerdo climático de París. Desde el punto de vista del acuerdo de París, el Reino Unido lo adoptó como parte de la UE por lo que habrá que revisar el acuerdo en un futuro.
2. Seguridad energética
La seguridad energética era uno de los aspectos importantes del debate Brexit, con el argumento de que la salida de la UE podría debilitar el poder de negociación del Reino Unido en la política energética global, recordando la crisis del petróleo de los 70´s y la reciente crisis del gas con Rusia.
3. Facturas energéticas, ¿suben ... o bajan?
Tanto los partidarios del Brexit como los del Remain argumentaron que su posición aseguraría una bajada en las facturas de energía del hogar y de la gasolina.
Un informe independiente encargado por el operador de red de energía y gas británica National Grid concluyó a favor del Remain. La salida de la UE podría costar al Reino Unido hasta £ 500 millones por año en la década de 2020, como resultado de la incertidumbre sobre las inversiones en energía y clima.
La permanencia en la UE habría mantenido el bajo coste de la financiación del sector de la energía, pero por otro lado partida dejará libre a Gran Bretaña de los objetivos de todo el bloque que limitan la elección de las tecnologías energéticas, según el informe. Los precios de la energía británicos dependen de las políticas de la UE. El país importa alrededor del 6 por ciento de su electricidad del Continente, y el 50 por ciento de su gas de dentro y fuera de la UE.
Por otro lado se argumenta que sin el costo de ser miembro de la UE, el gobierno tendrá más dinero para ayudar a los más pobres del Reino Unido, por ejemplo mediante la reducción del IVA sobre el combustible doméstico.
4. Europa Central y pierde un amigo
Como miembro de la UE, el Reino Unido formó una alianza con los países de Europa central y oriental, en los debates sobre las competencias y poder de regulación que tiene la Comisión, y otros sobre las políticas climáticas y energéticas de cada país.
El Brexit será una pérdida para estos países, no sólo por la presencia del Reino Unido diversificó el grupo, sino porque tenía un gran número de votos en el Consejo de la UE - donde Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia tienen el mayor peso gracias a su población.
El Reino Unido y sus aliados querían un sistema flexible para asegurar que los países hacían los deberes para cumplir con los objetivos de energías renovables, las emisiones y los objetivos de eficiencia para el año 2030, y mantener la supervisión de la Comisión al mínimo. Lo cual entraba en conflicto con la filosofía países como Alemania, Dinamarca y Suecia, que quieren asegurarse de que los países rezagados cumplan y rindan cuentas de acuerdo a las metas establecidas.
Sin el poder bancario de Londres, los centroeuropeos tendrán más dificultades para resistir que Bruselas tenga más fuerza en las políticas nacionales de energía.
5. Los inversores a largo plazo, en la estacada
La salida del Reino Unido probablemente causará una gran conmoción en las empresas que planean construir plantas de energía renovable o perforar en busca de gas de esquisto en el Reino Unido.
Los jefes de las grandes petroleras y de gas de BP, Shell y Centrica estaban entre los 200 líderes empresariales que firmaron una carta de advertencia en febrero para dejar "poner la economía en riesgo" con el Brexit.
La ambigüedad acerca de la nueva relación de la UE y Reino Unido elevará la incertidumbre acerca de los cambios en las políticas energéticas y climáticas, dejando a los inversores en el limbo.
La salida del mercado único también podría abrir el Reino Unido a crear nuevos impuestos a la importación de equipos tales como bases para parques eólicos marinos, plantas solares o tecnología de plantas nucleares exportadas desde Francia. Por contra se eliminan los derechos comerciales de la UE sobre las importaciones de equipos solares chinos, exponiendo a las empresas nacionales a los paneles y módulos mucho más baratos.
Fuente: Politico.eu
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