4.9 millones de muertes atribuibles a la exposición ambiental a sustancias químicas



En la actualidad existen más de 248.000 productos químicos disponibles comercialmente (CAS 2011). Las sustancias químicas proporcionan beneficios valiosos para la humanidad que se extienden a la agricultura, la medicina, la manufactura industrial, la extracción y la generación de energía, la salud pública y el control de vectores de enfermedades. Desempeñan un papel importante para mejorar la salud materna, reducir la mortalidad infantil y garantizar la seguridad alimentaria; y los progresos en relación con su producción y gestión han aumentado su aplicación de forma segura. Sin embargo, debido a sus propiedades peligrosas intrínsecas, algunas de ellas plantean riesgos para el medio ambiente y la salud humana. La exposición simultánea a muchas sustancias químicas -el efecto cóctel o sinérgico- probablemente exacerbe sus efectos.



Productos químicos se liberan en muchas etapas de su ciclo de vida, desde la extracción de las materias primas, a través de las cadenas de producción, durante su transporte y consumo; hasta la disposición final de los desechos. Se distribuyen a través de espacios cerrados, alimentos y agua potable, así como a través del suelo, ríos y lagos. Algunas sustancias químicas de larga vida, como los contaminantes orgánicos persistentes (COPs) y los metales pesados, son transportados a escala mundial, y han llegado a medio ambientes que de otra manera serían prístinos, como los bosques lluviosos, las profundidades de los océanos o las regiones polares, y pueden pasar rápidamente a través de la cadena trófica, bioacumularse y causar efectos tóxicos tanto en los seres humanos como en la vida silvestre.

Incompleto conocimiento científico
Existe un extenso aunque incompleto cúmulo de conocimiento científico sobre los impactos de las sustancias químicas y los desechos en los seres humanos y el medio ambiente; falta información específica y datos sobre los usos, emisiones, vías de exposición y efectos de las sustancias químicas.

Como consecuencia, la comprensión sobre la complejidad de las propiedades y el impacto ambiental de las sustancias químicas y los residuos, a escala mundial, es notablemente deficiente. Según el estudio de la ONU GEO 5 los datos son incompletos a nivel mundial y para muchas regiones es importante evaluar la magnitud de la contaminación química y sus impactos sobre el ambiente y la salud humana.

Producción de sustancias químicas
Durante la última década, la producción de sustancias químicas se ha mudado de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) hacia los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y otros países en vías de desarrollo, acompañada de la duplicación de las ventas y del desarrollo de una gran cantidad de nuevos tipos de sustancias químicas. La participación de la OCDE en la producción mundial actualmente es 9% menor que en 1970. Gran parte de este cambio se debe a las principales economías emergentes. En 2004, China registró la mayor participación en la producción de los países BRIC con un 48%, seguido por Brasil e India con un 20% cada uno y por Rusia con un 12% . Al mismo tiempo, el consumo de sustancias químicas en los países en vías de desarrollo está creciendo mucho más rápido que en el mundo desarrollado y podría representar un tercio del consumo mundial para el 2020.

Medio ambiente y salud
Las sustancias químicas juegan un papel importante para la salud humana, el desarrollo económico y la prosperidad, pero también pueden tener efectos adversos sobre el medio ambiente y la salud. La diversidad y las consecuencias potenciales de tales impactos, combinadas con una limitada capacidad de los países en vías de desarrollo y de las economías en transición para manejarlos, hacen que una gestión adecuada de las sustancias químicas y de los desechos sea un tema transversal clave. Un estudio reciente realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que, en 2004, 4.9 millones de muertes eran atribuibles a la exposición ambiental a sustancias químicas. En muchas regiones, el flujo de desechos peligrosos se mezcla con los desechos municipales o sólidos y posteriormente estos son depositados o quemados a cielo abierto.

La contaminación química mundial constituye una amenaza grave para el desarrollo sostenible y los medios de subsistencia. El problema tiene repercusiones tanto en la humanidad como en los ecosistemas, e incluye impactos adversos de la exposición a largo plazo a concentraciones bajas o sub-letales de sustancias químicas individuales o de la mezcla de ellas. En la actualidad, más del 90% del agua y las muestras de peces de ambientes acuáticos están contaminadas con pesticidas. Algunas estimaciones indican que alrededor del 3% de los trabajadores agrícolas expuestos sufren algún episodio de intoxicación aguda por plaguicidas cada año. La contaminación por contaminantes orgánicos persistentes (COPs) está muy extendida y afecta especialmente áreas tan remotas como el Ártico y la Antártida.

Entre los problemas emergentes que requieren una mejor comprensión y acciones rápidas para prevenir los daños a la salud y al medio ambiente se incluyen la gestión adecuada de los desechos electrónicos y eléctricos, los productos químicos que perturban el sistema endocrino, los plásticos en el medio ambiente, la quema de desechos a cielo abierto, y la fabricación y uso de nanomateriales. La generación de desechos electrónicos se ha convertido en uno de los principales desafíos ambientales del siglo XXI: es el flujo de desechos de más rápido crecimiento, estimado en 20-50 millones de toneladas anuales. Es de especial interés porque estos desechos contienen no solamente sustancias peligrosas –como metales pesados entre los que están el mercurio y el plomo, y perturbadores endocrinos como los materiales ignífugos bromados (BFR, por sus siglas en inglés)– sino también muchos metales estratégicos como el oro, el paladio y los metales raros que pueden ser recuperados y reciclados. No se sabe a ciencia cierta si los nanomateriales o las nanopartículas se liberan de los productos cuando se incineran o entierran, o si se degradan con el tiempo, por lo que es posible que en el futuro representen un grave desafío en relación con la disposición de desechos. La toma de decisiones responsable en el ámbido de la nanotecnología ha generado mucho debate entre los organismos reguladores de los países desarrollados, y de forma creciente entre los de los países en vías de desarrollo.


+info: GEO5

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