Las ganancias por delitos ambientales alcanzan un récord de 258 mil millones de dólares, 26 % más que el año pasado

Imagen: Pixabay
Los recursos naturales del planeta en los que basamos nuestros medios de vida están siendo expoliados y se están poniendo en situación de riesgo por una una nueva amenaza : los delitos ambientales. La eco-delincuencia supera el comercio ilegal de armas pequeñas, a medida que las bandas criminales internacionales y rebeldes armados se benefician del saqueo de los recursos de la Tierra.

Las ganancias originadas por los delitos ambientales van al alza y alcanzan actualmente entre 91 y 258 mil millones de dólares, según un informe publicado por el PNUMA y la INTERPOL. Esta cifra representa 26 % más que las estimaciones de 2014, cuando las ganancias se calculaban entre 70 y 213 mil millones de dólares.

El auge de la delincuencia ambiental encuentra que, en el marco de leyes débiles y fuerzas de seguridad mal financiadas, las redes criminales internacionales y los rebeldes armados se benefician de un comercio ilegal que alimenta los conflictos, devasta ecosistemas y amenaza con la extinción de especies.

INTERPOL y PNUMA han unido fuerzas para llamar la atención del mundo sobre la enorme escala de los delitos ambientales. Grandes sumas de dinero generadas por estos crímenes mantienen el negocio de sofisticadas bandas criminales internacionales y están alimentando la inseguridad alrededor del mundo.El resultado es no solo devastador para el medio ambiente y las economías locales, sino para todos quienes son amenazados por estas empresas criminales. El mundo necesita unirse para tomar acciones sólidas tanto en el ámbito nacional como internacional para eliminar la delincuencia ambiental.

El delito ambiental supera con creces el comercio ilegal de armas pequeñas, que está valorado en alrededor de 3 mil millones de dólares. Es la cuarta mayor empresa criminal del mundo tras el tráfico de drogas, la falsificación y el tráfico de personas. La cantidad de dinero que se pierde en delitos ambientales es 10.000 veces mayor que la cantidad de dinero gastada para combatirlo - sólo 20-30 millones de dólares.

La complejidad de este tipo de crimen requiere una respuesta multisectorial, apoyada por la colaboración transfronteriza. A través de sus capacidades globales, INTERPOL está comprometida a trabajar con sus países miembros para combatir las redes de crimen organizado que están activas en delitos ambientales.

El informe recomienda una fuerte acción, legislación y sanciones a nivel nacional e internacional, incluidas las medidas dirigidas a la interrupción de los paraísos fiscales en el extranjero; un aumento masivo de apoyo financiero acorde con la amenaza grave que representa el delito ambiental para el desarrollo sostenible; e incentivos económicos y medios de vida alternativos para quienes están en la parte inferior de la cadena de los delitos ambientales, tales como los cazadores furtivos.

La última década ha registrado un aumento en los delitos ambientales de entre 5 y 7 por ciento al año. Esto significa que el delito ecológico - que incluye el tráfico ilegal de vida silvestre, el crimen corporativo en el sector forestal, la explotación y venta de oro y otros minerales, la pesca ilegal, el contrabando de residuos peligrosos y el fraude en créditos de carbono - está creciendo de dos a tres veces más rápido que el PIB mundial.

El informe también analiza cómo el dinero generado de la explotación ilegal de recursos naturales financia grupos rebeldes, redes terroristas y carteles criminales internacionales. En la última década, por ejemplo, los cazadores furtivos han matado un promedio de 3.000 elefantes por año en Tanzania. Eso es un valor anual en la calle para los traficantes de marfil de 10,5 mil millones, cantidad que es cinco veces mayor que todo el presupuesto nacional de la división de vida silvestre del país.



Delitos contra el medio ambiente

La delincuencia contra el medio ambiente es un grave y creciente problema de ámbito internacional que adopta múltiples formas. En general, se considera delito contra el medio ambiente la explotación ilícita de fauna y flora silvestres en cualquier lugar del planeta; y, delito de contaminación, el comercio y la eliminación de residuos o materiales peligrosos en contravención de las leyes nacionales e internacionales.

Además de estos delitos actuales y conocidos, están surgiendo nuevos tipos de actividades delictivas que atentan contra el medio ambiente, como el comercio de derechos de emisión de carbono y los delitos relacionados con la gestión del agua.

Carteles criminales organizados

La delincuencia contra el medio ambiente no tiene fronteras, puede afectar a la seguridad y a la economía de un país, e incluso puede poner en peligro su supervivencia. Las redes de delincuencia organizada son las responsables de un porcentaje significativo de los delitos contra la flora y la fauna silvestres y de los delitos de contaminación, que consideran de bajo riesgo y alta rentabilidad.

Las mismas rutas utilizadas para el contrabando de especies silvestres a través de países y continentes se suelen utilizar también para el tráfico ilícito de armas, drogas y personas. Por ello los delitos contra el medio ambiente se cometen a la par que otros actos delictivos como la falsificación de pasaportes, la corrupción, el blanqueo de capitales y el asesinato.

El informe señala que las redes delictivas transnacionales están utilizando el delito ambiental para el blanqueo de dinero de la droga. La minería de oro ilegal en Colombia, por ejemplo, ahora se considera una de las maneras más fáciles de lavar dinero del tráfico de drogas en el país.

Los carteles criminales internacionales también están involucrados en el tráfico de residuos peligrosos y productos químicos, y a menudo etiquetan incorrectamente este tipo de residuos con el fin de evadir las fuerzas del orden. En 2013, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) informó que el comercio ilegal de basura electrónica al sudeste de Asia y el Pacífico se estimó en 3,75 mil millones al año.

Rebeldes y terroristas

El grupo rebelde colombiano FARC genera un estimado de 12 millones de dólares al año de las extorsiones a los mineros ilegales de oro. En la región Amazónica, los grupos armados establecen impuestos al oro, coltán (un mineral utilizado en los teléfonos móviles) y madera para financiar sus operaciones. Las redes criminales detrás del conflicto en el este de la República Democrática del Congo (RDC) han gastado alrededor del 2 por ciento de sus ganancias para financiar de 25 a 49 diferentes grupos rebeldes. De acuerdo con algunas estimaciones de la ONU, la explotación ilegal de los recursos naturales de la RDC está valorada en 722-862 millones de dólares anuales. Otros ejemplos de actores armados no estatales que se benefician de los recursos naturales incluyen el Estado Islámico, que está implicado en el tráfico de petróleo en Irak y Siria, y el Ejército de Resistencia del Señor, que se ha beneficiado del comercio ilegal de marfil.

Delitos de cuello blanco

El informe se centra en el aumento de la delincuencia de cuello blanco del medio ambiente, desde la utilización de empresas ficticias en paraísos fiscales para lavar dinero generado a partir de la extracción ilegal hasta la manipulación de los precios, la piratería y el robo de identidad. El comercio de carbono es el mercado de materias primas de más rápido crecimiento del mundo. Los casos de fraude de créditos de carbono involucran sumas de transferencias y ganancias que se extienden a los cientos de millones de dólares.

Respuesta de la Interpol


En el marco de la economía global actual, es necesario adoptar una estrategia internacional para combatir este tipo de delincuencia. Por ser la única organización cuya misión es intercambiar y tratar información policial a escala mundial, INTERPOL está especialmente cualificada para liderar esta iniciativa. 

Programa de INTERPOL sobre Delitos contra el Medio Ambiente:
  • dirige operaciones regionales y mundiales para desmantelar las redes delictivas que se encuentran detrás de los delitos medioambientales, utilizando para ello el análisis de información policial;
  • produce manuales, guías y otro tipo de materiales sobre buenas prácticas en materia de aplicación de la ley a escala internacional, y coordina su utilización;
  • proporciona a los organismos encargados de la aplicación de las leyes sobre medio ambiente acceso a los servicios de INTERPOL mediante el refuerzo de sus enlaces con las Oficinas Centrales Nacionales;
  • colabora con el Comité sobre Delitos contra el Medio Ambiente para definir la estrategia y la dirección del Programa.

El Grupo de Trabajo de INTERPOL sobre Delitos contra la Flora y la Fauna Silvestres y el Grupo de Trabajo de INTERPOL sobre Delitos de Contaminación congregan a investigadores policiales de todo el mundo con objeto de intercambiar información e iniciar proyectos específicos para combatir determinados ámbitos de la delincuencia medioambiental.



+ info: PNUMA

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